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Bodas / 4 diciembre, 2019

Boda Isabel y Eduardo

Hay bodas que son un poquito más especiales por el vínculo que me une con los protagonistas. Mi padre es el padrino de Isabel y a su vez, los padres de Isabel son mis padrinos. Es decir, nuestros padres se conocían mucho antes de que nosotras llegáramos al mundo, y han cuidado y mantenido su amistad durante todos estos años.

Así que después de haber jugado horas y horas con ella y con sus hermanos desde niña, después de haber estado tantas veces en su casa de visita, después de haber fotografiado también la boda de cuento de su hermana Leticia (hace 4 años ya, cómo pasa el tiempo!) y después de tantos momentos compartidos desde la infancia, llegaba su gran día, y claro, yo andaba un poquito más emocionada de lo habitual.

Que ella estaba radiante es obvio, no hay más que verla en las fotos. Pero no solo era su belleza lo que destacó este día, fueron la suma de muchas cosas, de las sonrisas al verse por primera vez, del discurso de su amigo Pablo y todo lo que dijo en la ceremonia, del manteo a Eduardo en el que casi le ponen cabeza abajo, de sus besos de película, del baile coreografiado en el que participaron varios amigos, o del momento en el que los novios caen rendidos en la cama de la suite nupcial como diciendo… ¡Uf, vaya día! Y así fue, intenso, inolvidable y muy emocionante.

Gracias una vez más a mi querida Silvia Peña por sumar fotos bonitas a esta boda. Aquí un resumen de lo que vivimos ese día!

Boda Isabel y Eduardo

Ceremonia: Iglesia del hospital provincial

Celebración: Gran Hotel

Fotos: Beatriz Pitarch

Segundo fotógraf0: Silvia Peña