Boda Javier y Tamara
No podía faltar la música ni los músicos en esta boda. Tampoco los guiños a la gimnasia rítmica, dos de las facetas donde destacan los protagonistas. Javier es guitarrista, le he visto tocar en numerosos proyectos y guardo con muchísimo cariño alguna de sus grabaciones con Nubosidad Variable o Facundo. Recuerdo ir a verle a sus conciertos hace más de quince años y cantar a voz en grito eso de «quiero vol…», uno de los momentos más esperados en sus actuaciones. Y estaban sus compañeros de grupo, y me parecía precioso ver a la misma formación con la que me emocioné escuchando sus canciones tantos años atrás, celebrando algo tan bonito como es el amor.
Tamara es entrenadora de gimnasia rítmica y, sin que nadie supiera nada, sus alumnas le esperaron a la puerta de la iglesia con las cintas preparadas para darle una salida personalizada que nos sacó una sonrisa a todos. Y es que en las pequeñas sorpresas es donde está la magia. En lo que no sabes que va a pasar. Por que sí, los novios preparan todo con el máximo cariño, pero de repente el coche se queda atascado, y Javier tuvo que empujar el Rolls Royce el día de su boda, porque el coche no arrancaba de ninguna manera. O ponen un karaoke durante el baile y todos los invitados se vienen arriba. Y esas son las cosas que contaran a los nietos, y esas son las fotos que nos hacen recordar todo lo que pasó en un día inolvidable. Aquí va el resumen en imágenes!
Javier y Tamara. 08 Junio 2019
Ceremonia: Iglesia San Antonio de Padua, Zaragoza
Celebración: Espacio Ebro, Zaragoza
Fotografías: Beatriz Pitarch
Segunda fotógrafa: Silvia Peña