Lo mejor de 2020
Es inevitable recordar el 2020 como el año del coronavirus, y obviamente, el resumen del año es más breve que en otras ocasiones, puesto que las bodas se fueron aplazando hasta que mejorase la situación sanitaria. Aún así, hubo grandes momentos, y también bodas muy bonitas. Más íntimas, con más restricciones o con mascarilla, pero el amor siguió estando muy presente durante todo el año, y tuve la suerte de poder fotografiarlo.
Empecé el año en Marrakech, empapándome de los colores, los olores y esa luz tan especial que lo inunda todo. Además viajé con parejas encantadoras a San Sebastián, a Alquézar o al Pirineo. Y en marzo llegó la cuarentena. Ademas de aprender a tener más paciencia, ser mejor cocinera, maestra, psicóloga, peluquera, animadora y tantas otras cosas, consecuencia de vivir un confinamiento con peques en casa, el tener más tiempo libre también nos hizo jugar mucho, muchísimo con las niñas. Y aunque obviamente no era por un motivo deseable, el recuerdo que tengo de esos días sin salir de casa es precioso, con muchísimos juegos inventados, mucha creatividad y muchas carcajadas. Hice un montón de fotos de nuestra rutina diaria y para mí son un pequeño gran tesoro. Y sí, fui de las que hice pan en casa, y donuts, bizcochos, baguettes y todo lo que pude hasta que se gastó la levadura. Nuestra casa olía a pan recién hecho y a bizcocho de vainilla todo el día, y ese olor lo tengo grabado entre mis recuerdos favoritos.
En medio nació mi sobrino Valero, que fue otro de los momentos mágicos del año. Pudimos celebrar el bautizo en un momento en el que el virus parecía que había remitido lo suficiente como para hacer eventos. Y ahí seguí fotografiando parejas maravillosas. Mientras tanto, ante la falta de trabajo, nos trasladamos a vivir al pueblo familiar, en la costa brava, y eso sí que fue inolvidable. Las peques aprendieron a nadar, pudimos observar el cometa Neowise o la lluvia de perseidas en unos cielos increíbles que nos regalaba el estar perdidos en medio de la nada y aunque el dinero era poco, el amor era mucho. Comíamos del huerto todos los días y pasábamos el día en el campo o en la playa. Puedo decir que ha sido un verano de conexión con la naturaleza como hacía años que no vivía, y que algunas de mis fotos favoritas del año las hice en esta etapa.
Y es verdad, no ha habido tantas bodas como otros años, pero he fotografiado otras maneras de quererse, los embarazos, la familia, los recién nacidos, las sesiones de pareja… todo eso lo he visto a través de mi cámara en este año tan revuelto y todos estos son los momentos con los que me quedo:
Gracias a todas las parejas, familias, niños y personas bonitas que aparecen por estas fotos! Sois algunos de mis momentos favoritos del año!
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