Almudena y Antonio nos llevaron por un torbellino de emociones desde el primer momento. A ratos estaban exultantes, a ratos tiernos, a ratos visiblemente emocionados. Tenían motivos para estarlo, desde luego. Habían tenido que cambiar la fecha de la boda un par de veces debido a la situación sanitaria, y esta vez era como que todos los invitados tenían unas ganas inmensas de celebrar un gran día.

Hubo varios momentos inolvidables en su día, por ejemplo cuando el cura les preguntó qué es lo que más le gustaba a cada uno del otro y tiraron de sarcasmo, arrancando las risas de los invitados. Cuando el grupo de jotas les recibió a la salida de la ceremonia para cantar «S’ha feito de nuey» y otras canciones. Cuando se puso a llover en pleno cóctel, y mantuvieron la sonrisa adaptándose a los cambios sobre la marcha, cuando se pusieron a bailar de forma improvisada en el restaurante cada vez que salía un plato, o cuando la novia dividió su ramo en tres partes y se lo regaló a sus hermanas y cuñada. Qué bonito poder estar ahí para ver tanto amor.

Gracias a Chusico por contar conmigo para esta boda. Él hizo las fotos oficiales y yo fui a echarle una mano. Y este es mi resumen en fotos!

Almudena y Antonio. 19 Junio 2021

Ceremonia: Seminario de San Carlos Borromeo, Zaragoza

Celebración: Finca las Flores