Todavía en una nube después de todo vivido el sábado pasado. Es que no fue solo una boda, fue mucho más. Un día increíble, intenso y precioso que Enrique y Alberto tuvieron la generosidad de compartir con todos sus seres queridos y convertirlo en inolvidable. Los novios se cambiaron juntos, en su casa, bajo la atenta mirada de su perro Kibo, que también  les acompañó a la boda. Recibieron a sus invitados con un video sorpresa proyectado en una sala de cine, y fue tan emotivo, que solo se respiraba magia, varios suspiros y un montón de lágrimas entre el público. Todos los sentimientos ya estaban a flor de piel.

Al terminar la proyección, los novios, acompañados de sus madrinas, esperaban bailando en el altar mientras los invitados se iban sentando. Esta vez fueron Alberto y Enrique los que se emocionaron con los discursos de amigos y familiares, con Kibo y sus sobrinos llevando los anillos o con los votos que se habían escrito el uno al otro.

Música en directo para el cóctel, un crucigrama lleno de preguntas sobre la pareja para optar a un jamón de premio, una figura de cartón de Belén Esteban a tamaño natural que dio mucho juego, una cámara de video 360 que causó sensación, un saco de palomitas gigante para conseguir el dinero de los amigos, regalos, flores, abrazos, lágrimas, baile, risas, karaoke, familia, amigos y amor, muchísimo amor! Esto es parte de lo que sucedió el pasado sábado en su maravillosa boda. Como no podía ser de otra manera… su «Sí, quiero» fue de película! Aquí está el resumen en fotos!

Enrique y Alberto. 21 de mayo de 2022

Ceremonia y celebración: Acuario de Zaragoza

Fotografías: Beatriz Pitarch