María tiene una sonrisa transparente y contagiosa. De esas sonrisas que nacen desde los pulmones y que iluminan a todos los que tienen la suerte de estar al lado. Esa sensación tuve al llegar a su casa, que ella desprendía una luz especial, mucha alegría y muy pocos nervios.

Al fin y al cabo, el día fue perfecto de principio a fin. Hubo momentos para soltar la lagrimilla con las emotivas palabras de la hermana de María en la ceremonia, pero también para reírse a carcajada limpia con la encerrona que le hicieron al mejor amigo de Rubén, que tuvo que salir a decir unas palabras sin haberlo preparado, como venganza por haber hecho lo mismo en su propia boda. Para venirse arriba con los manteos a los novios o para tener un encuentro precioso con su perro, que apareció fugazmente por sorpresa al final de la ceremonia.

Una colección de momentos irrepetibles, de complicidad, abrazos y felicidad a raudales, que se resumen en algunas de estas fotos. Gracias a mi compañera Silvia Peña por acompañarme y aportar su visión a esta boda!

María y Rubén. 21 Septiembre 2019

Ceremonia: Iglesia del Hospital Provincial.

Celebración: Gran Hotel, Zaragoza.

Fotografías: Beatriz Pitarch

Segunda fotógrafa: Silvia Peña